Disfruta mucho al trabajar en proyectos importantes, pero es más importante aún no acelerar las cosas ni perder la calma. Consiguió su primera impresora 3D cuando tenía 19 años y desde entonces no ha dejado de utilizarla para reparar todo tipo de cosas.
Estudió la carrera de ingeniería en diseño de productos porque era lo que más se parecía a ser inventor, ¡y vaya si lo consiguió! Entre sus diseños podemos encontrar unas zapatillas, mobiliario y hasta instalaciones artísticas. Cada vez que tiene un rato libre intenta terminar de programar el videojuego que empezó en su momento.
Ha pasado media década en Londres trabajando como ingeniero de diseño de un producto médico. Ahora ha vuelto para formar parte del equipo de Egingela trayendo sus conocimientos técnicos multicisdiplinares a la escuela.